Durante el año en el que me he propuesto contar cosas al mundo (bueno, vale, no seré tan ambiciosa.. quería decir.. a l@s que os apetezca leerme…) desde este blog, iré desgranando mis reflexiones sobre los temas que sean de mi interés -para algo es mi blog- y por supuesto, sobre el maravilloso mundo de las emociones… Porque, ¿qué somos los seres humanos sin emociones?
Últimamente he tenido la gran suerte de compartir charlas y risas con mujeres solteras de diferentes generaciones: 30 y tantos, 40 y tantos, 50 y tantos y 60 (bueno, realmente son 59 pero como quedan pocos meses para su cumpleaños y a ella le encanta decir que es sesentona, no hay problema).
Pues bien, es increíble las conclusiones tan diferentes a las que se pueden llegar sobre un mismo tema: “Relación, pareja … Llamémoslo X”, en función de la edad (evidentemente, la parte ideológica –que podría ser un eje diferencial- la voy a dejar a un lado porque todas compartimos cosmovisiones a la izquierda del clásico lineal político).
Las 4, por edad y situación personal, partimos de un momento vital en el que ya hemos tenido alguna que otra separación, más o menos difícil, pero que indica que algo de nuestra experiencia podemos aportar a la conversación. Lo que nos diferencia son nuestros deseos y perspectivas con respecto al siempre complicado “tema” …
La que ronda los 30, sin hijos y que en el último año acaba de salir no de una…Si no de 2!!! más que complicadas y traumáticas separaciones, no quiere saber nada de hombres…Bueno, sí quiere saber de hombres pero no quiere saber nada de parejas, de momento: “Ya he tenido más que suficiente y prefiero dejar pasar un tiempo (como un año) para divertirme y estar con quien quiera”. En definitiva, dejar de dar explicaciones a nadie sobre sus entradas y salidas…Compartir lo que le apetezca con quien y cuándo a ella le apetezca.
La que ronda los 40, con un hijo universitario, divorciada desde hace varios años sólo quiere…mantener relaciones sexuales con algún joven atractivo .. (bueno, eso lo queremos todas, claro, pero ella MÁS) … Tampoco quiere parejas: "¿Para qué? Sólo traen disgustos y yo ya estoy muy mayor para mantener a nadie…”.
La que ronda los 50, las comprende a las dos porque ella ya ha vivido sus situaciones (es lo que tiene la experiencia) y con los dos hijos medio criados, con dos matrimonios fracasados… Sí, ella sí…¡¡Quiere tener una relación de pareja!!. Con un hombre maduro, que tenga buena conversación, divertido, con el que comparta aficiones y también alcoba… “¿Por qué no? Yo para lo que estoy mayor es para cambiar pañales a cualquier niñato… ¡Eso sí, cada uno en su casa, no me voy a volver loca yo a esta edad!”.
¿Y qué piensa nuestra amiga de 60? Pues que no le importaría ligar con alguien pero claro… Con alguien de su edad, atractivo y medianamente interesante…Lo tiene más que difícil –según sus propias palabras- y ,¿por qué? “Porque los tíos de mi edad, que puedan interesarme a mí, están enrollados con veinteañeras y yo, con este carrozismo que llevo encima no puedo competir con ellas” .“Además yo no me veo en plan Marujita Díaz ”.
Tras escuchar los argumentos, las razones y las conclusiones de cada una de ellas (ninguna exenta de muchos chascarrillos y más de una carcajada) me di cuenta de que seguramente todas tenemos razón, de que todas somos mujeres muy vitales y que, en mayor o menor medida, tenemos claro lo que queremos y eso -en gran parte de las mujeres- no sufre malformaciones ni alteraciones intergeneracionales, si no que perdura en el tiempo…
Ahí dejo eso…